Entré en el piso a las 20:16, como todos los días cuando vuelvo de clase. Me recibió el silencio habitual, solo que esta vez noté en el ambiente algo diferente. Dejé mis cosas en mi habitación, me preparé un vaso de leche y me dispuse a llamar por teléfono en el salón, y ahí estaba,... No sabría cómo explicarlo, ni siquiera sabría empezar, no, no puedo... Lo único que recuerdo es la sangre, el cristal de la mesa hecho pedazos por el suelo, la cortina rasgada, el sofá en medio, mi vaso volcado y ella ahí, en ese estado; no sé qué pasó. Llamé a la policía para que viniera lo antes posible, inmediatamente después fui al baño a vomitar. Me lavé la cara con agua fría, podía sentir mi rostro al rojo vivo y en el espejo: mis pupilas dilatadas, mis ojos brillantes. Recuerdo sentir miedo, dolor, angustia, todo en un rescoldo de emoción que aun puedo sentir. Estaba ahí, frente al cadáver, y no podía creer que tuviera un cuchillo en la mano.
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