sábado, 25 de febrero de 2012

un viaje

<< Y es que don Severino y su panda viven ajenos al correr del tiempo. Lo pasado ya no les importa, y de lo porvenir no tienen la más mínima conciencia. Por eso la palabra "preocupación" no existe para ellos. Vivir como viven, anclados al presente, hace que la palabra "preocupación" no tenga sitio en sus vidas. Porque la preocupación existe por algo que pasará, no por algo que está pasando. En el presente no hay pre-ocupación, sólo ocupación. No hay un "antes de".
Y así viven: dejados de todo lo que no sea darle gusto al cuerpo momento a momento. >>

["El viaje íntimo de la locura" / Roberto Iniesta]

martes, 21 de febrero de 2012

oportunidades

Todo es complicado, por el pasado, por el futuro. Aquello que pasó, lo que podría pasar. Hechos que nos carcomen por dentro. Hechos que nos hacen dudar, sufrir, enfadar, llorar y por otro lado, hechos que nos hacen reir.
De lo bueno nadie se acuerda. Es más fácil recordar aquello que te hizo daño, lo que te produce rencor. Nos cuesta perdonar, cuesta admitir que todos somos humanos y cometemos errores, cuesta decir "me has hecho muchísimo daño, pero no pasa nada". Y cuesta porque es imposible sentirlo así, las cosas no se olvidan. Todo sale a la supeficie una vez es recordado.
Podemos ahogarnos en rencor, o aprender. Podemos odiar, y no perdonar; o perdonar y no olvidar. Podemos echarlo en cara eternamente; o asegurarnos de que no vuelve a pasar. Podemos quedarnos solos en un mundo de sólo primeras oportunidades; o admitir que las cosas malas pasan, la gente comete errores, y admitir el beneficio de la duda.

No voy a permitir que las historias del pasado se repitan, pero tampoco voy a estar preocupándome por ello en el futuro.

sábado, 18 de febrero de 2012

¿Quién está ahí?

Entré en el piso a las 20:16, como todos los días cuando vuelvo de clase. Me recibió el silencio habitual, solo que esta vez noté en el ambiente algo diferente. Dejé mis cosas en mi habitación, me preparé un vaso de leche y me dispuse a llamar por teléfono en el salón, y ahí estaba,... No sabría cómo explicarlo, ni siquiera sabría empezar, no, no puedo... Lo único que recuerdo es la sangre, el cristal de la mesa hecho pedazos por el suelo, la cortina rasgada, el sofá en medio, mi vaso volcado y ella ahí, en ese estado; no sé qué pasó. Llamé a la policía para que viniera lo antes posible, inmediatamente después fui al baño a vomitar. Me lavé la cara con agua fría, podía sentir mi rostro al rojo vivo y en el espejo: mis pupilas dilatadas, mis ojos brillantes. Recuerdo sentir miedo, dolor, angustia, todo en un rescoldo de emoción que aun puedo sentir. Estaba ahí, frente al cadáver, y no podía creer que tuviera un cuchillo en la mano.

lunes, 13 de febrero de 2012

día gris

La lluvia esconde las lágrimas que salen de sus ojos y que recorren su cara; aun así su tristeza no pasa desapercibida. Sus ojos brillantes medio cerrados, sus labios apretados temblando y una mueca de angustia. La lluvia era lo peor que le podía pasar pues ahora su corto pelo rubio ha perdido su encanto, y su flequillo cubre su frente entera. Piensa que pudo ser peor, que nada de lo que hubiera hecho podía haber cambiado las cosas, que lo que ha pasado es lo que ha pasado y no hay vuelta atrás,... todos esos actos de consuelo que te aconsejan tras una desgracia. Pero la verdad es que sí que pudo hacer algo, sí fue su culpa, sí pudo haberlo evitado,... de hecho, cualquier cosa hubiera cambiado el transcurso de la historia; pero como decía, no hay vuelta atrás. Y lo que queda, pasar página.